Ir al contenido principal

A veces otros toman las decisiones por ti.

 Para la entrada de esta semana me estaba planteando escribir sobre mi reloj biológico porque me he dado cuenta de que últimamente solo quiero tener hijos 4 días al mes: los que estoy ovulando. Pero a veces otros toman las decisiones por nosotros, así que la entrada va a ir de otra cosa totalmente distinta.  Resulta que por #cosas, si el parejo y yo quisiésemos tener un hijo biológico, no sería recomendable que lo hiciésemos plantando la semillita de manera tradicional, sino que para asegurarnos de que nuestro bebé naciese sano tendríamos que someternos a una fecundación in vitro (FIV). Como las razones son médicas, la Sanidad Pública cubre el tratamiento, pero claro, las listas son inmensas. Teniendo eso en cuenta, hace unos meses decidimos empezar a mover los trámites para ponernos en lista de espera (aproximadamente unos 3 o 4 años en este momento, por la información que tenemos) y, mientras, ir aclarándonos. Total, lo peor que podía pasar es que nos llegase el turno, nos diésemos c

A veces otros toman las decisiones por ti.

 Para la entrada de esta semana me estaba planteando escribir sobre mi reloj biológico porque me he dado cuenta de que últimamente solo quiero tener hijos 4 días al mes: los que estoy ovulando. Pero a veces otros toman las decisiones por nosotros, así que la entrada va a ir de otra cosa totalmente distinta. 

Resulta que por #cosas, si el parejo y yo quisiésemos tener un hijo biológico, no sería recomendable que lo hiciésemos plantando la semillita de manera tradicional, sino que para asegurarnos de que nuestro bebé naciese sano tendríamos que someternos a una fecundación in vitro (FIV). Como las razones son médicas, la Sanidad Pública cubre el tratamiento, pero claro, las listas son inmensas. Teniendo eso en cuenta, hace unos meses decidimos empezar a mover los trámites para ponernos en lista de espera (aproximadamente unos 3 o 4 años en este momento, por la información que tenemos) y, mientras, ir aclarándonos. Total, lo peor que podía pasar es que nos llegase el turno, nos diésemos cuenta de que no queríamos tener un hijo biológico y lo rechazásemos, de modo que el turno pasase a la siguiente familia. 

Pues bien: esta semana tuvimos la primera cita en Reproducción Asistida. Cuando empezamos a mover papeles e historias pensábamos que esto iría más lento, pero en poco tiempo ya hemos tenido dos consultas en distintos departamentos y en la de Reproducción Asistida, que yo pensaba que sería informativa y demás ya me dijeron que me bajase los pantalones y las bragas sin invitarme siquiera a una cocacola. 

La cosa es que nos hicieron preguntas, nos mandaron unas cuantas pruebas y entonces llegó el momento temido: 

─Para que te acepten en el tratamiento tienes que bajar de peso. El límite está en un IMC 30, si estás por encima te van a rechazar, así que te vamos a mandar al endocrino para que te ayude a bajar de peso. 

Dicho así no parece ni tan grave, claro, pero la cosa es que:

  1. Hasta que no baje por debajo de un IMC 30 no me van a incluir en lista de espera. 
  2. La lista de espera, como ya he dicho, va por unos 3 o 4 años.
  3. Si llegas a cumplir los 40 tampoco te hacen el tratamiento (tengo casi 34)
  4. En mi caso, esto supondría perder casi 40 kilos en 2 años como mucho para tener alguna oportunidad de quedarme embarazada a los 39 contando con 3 años de lista de espera (que es ser optimista)
No voy a entrar mucho en el tema, pero ya he intentado adelgazar antes. De hecho, parte de mi exceso de peso tiene que ver con las famosas dietas «de cajón» hiperrestrictivas (llegaba a desmayarme) y a los rebotes que me han provocado. Sé que no voy a poder perder 20 kilos por año. Y no es un «lo sé» de «dadme ánimos». Es un LO SÉ, me conozco, sé lo que me pasa y como funciona mi cuerpo y perder 40 kilos en 2 años me mataría o me quitaría las ganas de vivir. 

Así que nada, voy a seguir el proceso. Me haré las pruebas, por saber, iré al endocrino, a ver si me sorprende y no me da una dieta «de cajón» y oye, por ahí acabo mejorando mi salud. Pero lo hago con la certeza de que esta opción no tiene mucho más recorrido. Otros han tomado la decisión por mí.

Esto debería ser en parte un alivio, por aquello de reducir las opciones y facilitar lo de las decisiones, pero no lo ha sido. Me siento mal conmigo misma y culpable y fatal. Y no debería haberme sentado tan mal. Total, solo quiero tener hijos 4 días al mes. 

Comentarios

  1. Lo siento mucho. Ojalá cuando vuelvas a retomar este blog las noticias sean más positivas. Aunque tu decisión ya lo es de por sí; me parece genial que decidas seguir en el camino, independientemene del destino. Y si al final no sale y realmente quieres tener hijos, sabes de sobra que hay otras vías igual de válidas. Pase lo que pase, te/os apoyaremos.

    Un abrazo a tu pareja y a ti, ya sabéis que os quiero mil.

    Natalia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya comentamos en otro post que lo de la maternidad biológica tampoco me era imprescindible ni era mi opción favorita, mucho menos suponiendo un tratamiento de hormonas y demás. Pero me fastidia que me hayan quitado la opción, y cómo. Sé que tengo otras opciones y que si decido criar va a haber niños ahí fuera, tristemente, que puedan beneficiarse de mis cuidados. Ha sido más la razón y lo inesperado de la noticia. Pero estaré bien. Gracias, Nat. Eres un amor.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Otras perspectivas. Ana (de las Letras Verdes).

 La semana pasada, el sábado, como cada 15 días, recibí la newsletter de Ana . En ella hablaba de muchas cosas y, entre ellas, también de maternidad. Si quieres leerla, puedes hacer clic aquí .  Últimamente estoy muy receptiva a todas las afirmaciones sobre crianza que leo o escucho, a todas las posturas. Cuando soy yo la que elige, intento buscar posturas parecidas a la mía (ando leyendo Maternidad , de Sheila Heti, y a ratos parece que algunas afirmaciones han salido de lo más hondo de mí, sin filtro alguno), pero también estoy en modo esponja, absorbiendo todo lo que puedo sobre el tema. Por eso, cuando acabé de leer la newsletter de Ana le pedí permiso para hablar de su perspectiva aquí. Y me dijo que sí :) Por supuesto, la perspectiva de Ana es mucho más rica que lo que explica en esta entrega de su newsletter, pero en ella expresa de manera clara y sin tapujos una batalla que lleva librando desde la conozco: la lucha para evitar que la madre se coma a la mujer. Ella lo expresa m

Sobre este blog.

 Cuando era pequeña, mi madre solía «maldecir» diciendo «La madre que te va a parir» . Para mí eso no tenía ningún sentido, claro: mi madre, para bien o para mal, ya me había parido. De hecho, en otras ocasiones decía, simple y llanamente «la madre que te parió». Me hacía más gracia la otra expresión, claro, por el sinsentido que encerraba. Años después, cuando me puse a aprender catalán, entendí la expresión: la mare que et va parir en catalán se traduce al castellano por la madre que te parió . Mi madre debió de traerse la expresión prestada de aquella manera de cuando estuvo trabajando en Valencia, sirviendo en los chalets de los ricos.  Hoy yo recuerdo esa expresión tan graciosa y la uso con el sentido que creía que tenía cuando era niña, en futuro, para pensar en mí como la madre que parirá o no, que lo será o no.  Abro este blog para hablar de mis reflexiones y dudas en el proceso de decidir si quiero o no ser madre. Y a ver qué sale.  Si acabas de llegar, bienvenida, bienvenid