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A veces otros toman las decisiones por ti.

 Para la entrada de esta semana me estaba planteando escribir sobre mi reloj biológico porque me he dado cuenta de que últimamente solo quiero tener hijos 4 días al mes: los que estoy ovulando. Pero a veces otros toman las decisiones por nosotros, así que la entrada va a ir de otra cosa totalmente distinta.  Resulta que por #cosas, si el parejo y yo quisiésemos tener un hijo biológico, no sería recomendable que lo hiciésemos plantando la semillita de manera tradicional, sino que para asegurarnos de que nuestro bebé naciese sano tendríamos que someternos a una fecundación in vitro (FIV). Como las razones son médicas, la Sanidad Pública cubre el tratamiento, pero claro, las listas son inmensas. Teniendo eso en cuenta, hace unos meses decidimos empezar a mover los trámites para ponernos en lista de espera (aproximadamente unos 3 o 4 años en este momento, por la información que tenemos) y, mientras, ir aclarándonos. Total, lo peor que podía pasar es que nos llegase el turno, nos diésemos c
Entradas recientes

La crianza es servidumbre

  - Pero si no tienes hijos, ¿quién te va a cuidar de mayor? - Hablamos de formar una familia Maricarmen, no una estafa piramidal. — Cinta (@42cintas) November 5, 2021  El otro día me crucé con este tuit. Mi respuesta es que si lo que uno quiere son cuidadores, sale mucho más a cuenta, económica y emocionalmente, ahorrar el dinero que te gastarías en un hijo e invertirlo en un profesional llegado el momento. Este tipo de afirmaciones siempre me han parecido mezquinas pero, por alguna razón, son de las primeras que te espetan cuando dices que no quieres tener hijos o que no sabes si vas a tenerlos: «Si no tienes hijos, ¿quién te va a cuidar cuando seas vieja?» o «Es que si no tienes hijos te vas a sentir muy sola en el futuro». Estas afirmaciones hacen algo que creo que es un error: proyectan sobre los hijos los deseos de los padres. Los hijos no son un proyecto personal como puede ser montar un barco en una botella o armar una casa de muñecas. Los hijos son personas independientes que

Libro: Maternidad, de Sheila Heti

 Hace unas semanas, antes de que este blog estuviera siquiera en el pensamiento, una amiga me recomendó un libro: No madres. Mujeres sin hijos contra los tópicos . Empecé a leerlo y me pareció que, para ir contra los tópicos los tenía casi todos. Me pareció un libro superficial en el que mujeres famosas (artistas, nobles, escritoras, presentadoras...) sin hijos hablan de su decisión y de cómo han vivido ser «no madres» (si algo salvo del libro es la reflexión sobre ese término) en entrevistas brevísimas. El resultado es un «lo que tú me vayas a contar ya lo he escuchado antes», así que acabé dejando el libro a medias y me puse a buscar otra cosa. Y en esas me encontré con Maternidad , de Sheila Heti.  Cuando empecé a leerlo pensé que era un ensayo pero, a posteriori, he leído que es una novela. Me sentí un poco estafada, si te soy sincera. Cuando empecé a leerlo me reconocí tanto en la protagonista/narradora (es una especie de diario) que me molestó que no existiese. Leyendo sobre el t

Otras perspectivas. Ana (de las Letras Verdes).

 La semana pasada, el sábado, como cada 15 días, recibí la newsletter de Ana . En ella hablaba de muchas cosas y, entre ellas, también de maternidad. Si quieres leerla, puedes hacer clic aquí .  Últimamente estoy muy receptiva a todas las afirmaciones sobre crianza que leo o escucho, a todas las posturas. Cuando soy yo la que elige, intento buscar posturas parecidas a la mía (ando leyendo Maternidad , de Sheila Heti, y a ratos parece que algunas afirmaciones han salido de lo más hondo de mí, sin filtro alguno), pero también estoy en modo esponja, absorbiendo todo lo que puedo sobre el tema. Por eso, cuando acabé de leer la newsletter de Ana le pedí permiso para hablar de su perspectiva aquí. Y me dijo que sí :) Por supuesto, la perspectiva de Ana es mucho más rica que lo que explica en esta entrega de su newsletter, pero en ella expresa de manera clara y sin tapujos una batalla que lleva librando desde la conozco: la lucha para evitar que la madre se coma a la mujer. Ella lo expresa m

Madre se dice de muchas maneras.

 Criar y parir no es lo mismo. Ser madre no es siempre equivalente a haber parido. Parece una tontería, ¿verdad? Pero aún hoy es curioso que haya tantos prejuicios acerca de otras formas de maternidad. Me ha ocurrido que me han dicho (y no una vez, ni dos, ni tres) que tener hijos biológicos no es lo mismo que adoptar (naturalmente, si fuera lo mismo no serían cosas distintas) y que un hijo adoptado nunca será igual que un hijo «tuyo». Y lo decían haciendo mucho hincapié en el «tuyo». También me ha ocurrido que cuando he expresado mis dudas sobre la maternidad me han respondido con cosas como: «Bueno, no te preocupes, siempre podrás adoptar», como si criar a un hijo adoptado fuese una forma descafeinada de maternidad. Para mí no lo es. Cuando expreso dudas sobre la maternidad no son dudas sobre la maternidad biológica, sino sobre si quiero (ese querer incluye muchos otros verbos: ser capaz, estar preparada, desear, estar dispuesta...) hacerme responsable de otra vida, con todo lo que e

El reloj biológico

  Nunca me han gustado los relojes. Lo primero que hacía cuando llegaban las vacaciones era deshacerme del reloj hasta que volvía a empezar el curso. Sabiendo esto, te puedes imaginar la gracia que me hizo cuando el llamado «reloj biológico» empezó a inundar mi cuerpo de su tic-tac ansioso.  Porque sí, el reloj biológico existe ,  no es un invento. Cuando empecé a notar su acción sobre mí pregunté porque realmente pensaba que me estaba volviendo loca, que me lo estaba imaginando. Pero no: otras mujeres me confirmaron que en su momento pasaron por cosas parecidas y que, lejos de ser imaginaciones, son bastante físicas y tangibles.  En mi caso, las cosas que noto son: Un chute de endorfinas brutal cuando estoy cerca de bebés o niños pequeños. En los últimos tiempos estoy sufriendo de ansiedad y hasta en los días malos, estar cerca de un bebé es como si me inyectaran Orfidal en vena. Me vuelvo a casa en una nube. Cuando el efecto se me pasa, claro, tengo síndrome de abstinencia. Sé perfec

Sobre este blog.

 Cuando era pequeña, mi madre solía «maldecir» diciendo «La madre que te va a parir» . Para mí eso no tenía ningún sentido, claro: mi madre, para bien o para mal, ya me había parido. De hecho, en otras ocasiones decía, simple y llanamente «la madre que te parió». Me hacía más gracia la otra expresión, claro, por el sinsentido que encerraba. Años después, cuando me puse a aprender catalán, entendí la expresión: la mare que et va parir en catalán se traduce al castellano por la madre que te parió . Mi madre debió de traerse la expresión prestada de aquella manera de cuando estuvo trabajando en Valencia, sirviendo en los chalets de los ricos.  Hoy yo recuerdo esa expresión tan graciosa y la uso con el sentido que creía que tenía cuando era niña, en futuro, para pensar en mí como la madre que parirá o no, que lo será o no.  Abro este blog para hablar de mis reflexiones y dudas en el proceso de decidir si quiero o no ser madre. Y a ver qué sale.  Si acabas de llegar, bienvenida, bienvenid